Fue construida por el militar Francisco Muñoz Andrade a mediados del s. XIX en una zona de viñedos y cereal. Tuvo molino de aceite y capilla, encontrándose ésta en una posición curiosamente adelantada sobre la fachada. Además de la vivienda principal, consta de otras viviendas para trabajadores, cuadras y espacios dedicados a la labor.